miércoles, 4 de diciembre de 2013

Quizá sea noticia vieja habiendo pasado casi un mes desde el gran Miss Universo 2013, pero justamente un mes atrás estábamos hablando del reality show venezolano “Miss Venezuela: Todo por la Corona”… Y quién ganó este año? Sí sí, Miss Venezuela. No precisamente Migbelis (de quién dejé fotos en el posteo anterior), sino Gabriela Isler, ganadora del certamen en 2012. Recuerden que tienen un año de preparación… que parece ser bastante efectivo.

La 62.ª edición de Miss Universo fue el pasado el 9 de noviembre en el Crocus City Hall de Moscú, Rusia, y fue la primera vez en trece años que el concurso vuelve al continente europeo y la primera vez en absoluto que se realizó en Rusia (a pesar de que el año en que yo participé del Miss Mundo fue Miss Rusia la ganadora). Participaron 86 candidatas (3 menos que en la edición del año pasado) y como es costumbre del magnate Trump, participaron estrellas de reconocimiento mundial como el vocalista de la banda Aerosmith: Steven Tyler, quien además de formar parte del jurado también actuó con el cantante Emin y la banda Panic! At the Disco.

Por supuesto, la trasmitió en diferido la NBC y con difusión simultánea Telemundo. En Argentina fue TNT la cadena encargada de hacerlo, siendo E! Entertaiment la que lo retrasmitió editado unos días después. Los animadores de la final fueron el conductor norteamericano Thomas Roberts y la cantante Melanie Brown, más conocida como Mel B, integrante del grupo de pop británico Spice Girls; además de los comentarios tras bambalinas de Jeannie Mai.

Para los que no lo vieron, en los puestos siguientes quedaron: Miss España (primera finalista), Miss Ecuador (Segunda finalista), Miss Filipinas (tercera finalista) y Miss Brasil (cuarta finalista). Completando la lista hasta los primeros 16 lugares, en orden, estuvieron Miss Estados Unidos, Miss Gran Bretaña, Miss India, Miss República Dominicana, Miss Ucrania, Miss China, Miss Costa Rica, Miss Indonesia, Miss Nicaragua, Miss Puerto Rico y Miss Suiza.

Argentina tuvo su representante y ella fue Brenda González, una rosarina de 20 años y 1,70 mts. que estuvo totalmente a la altura de todas sus contrincantes. Brenda estudia diseño y disfruta de dibujar, diseñar, bailar y actuar. Aspira a tener su propia boutique y pretende involucrarse cada vez más en su lucha contra el maltrato animal (en la cual espero todos también la apoyemos). Y parece ser que uno de sus talentos escondidos es su facilidad para imitar personajes o personas en general. Esta morocha divina nos dejó muy bien parados a los argentinos, pero no obtuvo el título ni siquiera una clasificación entre las semifinalistas, y esto a pesar de estar súper preparada y ser bellísima. ¿Por qué, si dicen que las argentinas somos las más lindas de América, no hemos ganado una corona desde 1978 (Miss Mundo) y 1962 (Miss Universo)?

Les planteo el interrogante muñecas. Y tal como decía la novelista y ensayista estadounidense Susan Sontag (1933-2004): “No está mal ser bella; lo que está mal es la obligación de serlo”.

Para cerrar como siempre con unas imágenes, les dejo primero a Brenda (Miss Universo Argentina 2013) y luego a Miss Universo 2013: Gabriela Isler. Ustedes dirán qué tan lejos estábamos de ganar.


Hasta la próxima, reinas!!









domingo, 27 de octubre de 2013

Este mes terminó la emisión de un reality show venezolano de belleza y talento femenino, cuyo objetivo era elegir a las candidatas para el Miss Venezuela 2013. Aparentemente la de este año fue la primera de varias temporadas que planea emitir Venevisión en co-producción con Sony Entertainment Television; aunque en los años 2011 y 2012 hubo unas ediciones poco felices y memorables de un reality que pretendía ofrecer lo mismo. El programa se llama “Miss Venezuela, Todo por la corona” y tuvo una duración de 3 meses. En marzo se realizaron los primeros castings para seleccionar entre miles de aspirantes a las 50 candidatas que participaron, para luego obtener las bandas representativas de cada estado federal de Venezuela y pasar por todas las pruebas preliminares hasta llegar a la Gala Final como todos los años, en el famoso certamen del Miss Venezuela 2013.

Cuando supe del proyecto, a principios de año, me entusiasmé mucho porque pensé que habría otro medio que finalmente mostrara los backstage reales de los concursos de belleza, el verdadero esfuerzo que representa para las candidatas, la ilusión que realmente tienen las jóvenes participantes. Pensé que por fin habría imágenes que acompañarían a mis relatos. Algo para que los lectores imaginen cuando lean mis anécdotas. 

Y así fue. 
                 En parte.

El encargado principal del reality show, Osmel Sousa, presidente de la Organización del Miss Venezuela y por supuesto también del jurado encargado de elegir a la ganadora, es un hombre conocido por su tenacidad al momento de criticar a las concursantes y por ser el mejor preparándolas.

La serie cuenta con 15 episodios de una hora repartidos en tres etapas: “El Casting”, donde el programa recorre la geografía venezolana en busca de las 50 mejores aspirantes; “De Aspirantes a Misses”, fase en la que se realiza la selección de las 24 candidatas y se les asigna la codiciada banda que les permitirá permanecer en la famosa Quinta Rosada; y “Camino a la Corona”, donde las candidatas se preparan, ensayan para las galas, y se someten a las más duras pruebas y entrenamientos a fin de convertirse en las próximas representantes de Venezuela en los más importantes certámenes internacionales de belleza.

Comenzado el anhelado programa, supe que no iba a poder dejarlo de ver. Fue casi tan adictivo como America’s Next Top Model en TODAS sus temporadas, donde no podía dejar de ver cómo se comportaban las modelos, reto tras reto, competencia tras competencia (y, obvio, comparándolo con mi trabajo de ese entonces como modelo). Fue bello revivir momentos como los de ensayo y preparación, a pesar, de que ni el concurso nacional (Miss Argentina) ni los internacionales son tan estrictos como éste. Muchas veces me encontré criticando a chicas que podría haber sido yo en un pasado no muy lejano, o cayendo en el sentido común repitiendo frases como: “¡No está gorda, por Dios! ¿Por qué la quieren hacer bajar de peso?”. Sin embargo, una vez que pasan todas las etapas, que uno hace un racconto de las exigencias a las que se someten y del esfuerzo que realizan las candidatas, es fácil entender cómo es que son el país con más títulos de belleza en la historia de la existencia de los certámenes de belleza: están 3 meses eligiendo, probando y preparando  a las que participarán por la corona nacional. Luego de ser electa, la ganadora tiene un año más para seguir practicando y estar totalmente realizada como Miss para participar en el concurso que se le asigna (porque se elige una candidata para cada concurso: una para el Miss Universo, una para Miss Mundo, una para Miss International, una para Miss Tierra, una para Miss Continente Americano, una para Miss Reina Hispanoamericana, y así sucesivamente). Y posteriormente, según su desempeño, se la sigue teniendo en cuenta para otros proyectos en conjunto con la organización. Es sabido que muchas (la mayoría) de las Miss Venezuela terminaron siendo grandes celebridades tanto en sus países como a nivel internacional.

La reflexión de este mes supera los concursos de belleza, está relacionada con el hecho de que más allá de que si bien hay que tener ciertas condiciones naturales para lograr algo, sin esfuerzo nunca se las concreta. Una de las frases que rige mi vida es “Persevera y triunfarás”, hagamos que este lema sea aplicado a todos los aspectos de nuestras vidas, hasta en lo que nos cuesta menos. Estas jóvenes aspirantes a un título de belleza, pueden haber nacido hermosas o haberse ayudado con algún bisturí, pero de seguro no se quedaron sólo con eso y se esforzaron por tener ese “nosequé”, ese toque especial, eso que en sociología una filósofa húngara del siglo XX llama “entonación” porque afirma que la persona que no produce en torno suyo una atmósfera tonal específica que lo rodee en forma permanente y lo distinga carece de individualidad. Tenemos que buscar siempre llamar la atención por ser distintos; NO resaltar por lo que sea, SINO destacarnos.

Les dejo imágenes de la flamante (y súper joven -18 años- tienen permiso para odiarla también) Miss Venezuela 2012, Migbelis Castellanos, y los videos de promoción del reality. 


Hasta el próximo mes, muñecas!!








                                          

lunes, 23 de septiembre de 2013

Intentado volver a ser constante en mis posteos mensuales, las vuelvo a saludar recordándoles que hay muchas cosas lindas para mantenerse ocupada y contenta.

Este mes se me ocurrió contarles una anécdota a raíz de una alumna a la que preparé en clases particulares para concursar en el Miss Supranational: Juliana Kawka. En una clase anterior a su viaje, decidimos hacer un repaso y disipar dudas. La noté algo desmotivada por eso insistí en que preguntara ¡TODO! Desde ¿Cómo era que se ponía la pestaña? hasta ¿Los cubiertos se usaban de afuera hacia adentro, no?, pasando por ¿Cómo era que hacía para no pisarme el vestido si tiene mucha cola?, ¿Dormiré unas seis horas promedio con suerte?, si me piden calzado cómodo para ensayar ¿De verdad no puedo ponerme zapatillas?, y ¿Cómo voy a hacer para estar siempre prolijita y en pose divina?

Esta última cuestión es la que más le preocupaba: ¿Cómo iba a hacer ella para estar siempre como una Miss? Y es aquí que cabe una frase varias veces citada por aquellos que estamos en relación con los concursos de belleza: “Una Miss es una Miss todo el tiempo”. Parece muy fácil pero la realidad es que no lo es. Una Miss es una mujer linda por dentro y por fuera. Una mujer independiente y autosuficiente. Un ejemplo de cómo deberían ser todas las mujeres a pesar de no tener un título de belleza o de vivir en circunstancias totalmente diferentes a las del año de reinado de una Miss.

Más allá de las cualidades físicas (no excluyentes) que se le exigen a las aspirantes a la corona, como una altura promedio entre 1,70mt y 1,80mt, una figura saludable y estéticamente proporcionada, y un cuidado personal impecable; también se deben cumplir con ciertos estándares de nivel cultural, educación, protocolo y ceremonial básicos.

Todo esto en hermoso montón es una Miss. Ya querríamos que nos saliera en el primer intento, ¿no?  De todas formas, no es tan dramático porque existen escuelas para aprender a incorporar todos estos valores y “reglas” a nuestro cotidiano. Y para aquellas que no tienen la oportunidad de ir a una de estas escuelas, pero sí de representar a su distrito, provincia, país… existe el contagio. Exactamente como lo leen: contagio. Piensen que les toca ir a un concurso de belleza y que no tuvieron tiempo o recursos para prepararse. Tengan a bien saber que SIEMPRE, y repito SIEMPRE, hay una chica mejor preparada, con más experiencia y “tips” que una misma. Por supuesto, una puede hacerse amiga y aprender porque resulta que pegaste buena onda con la compañera. Pero, otras veces, nos toca aprender a la distancia. La realidad es que por más rea que seamos, una vez en el certamen, no hay vuelta que darle: una se contagia. Cuando ves que todas están derechitas, te ponés derechita. Cuando ves que todas comen con modales, comés con modales. Cuando ves que están todas re súper producidas y pulcras, te arreglás hasta el último detalle. Es así de simple, y a la vez, complejo.

Es por esto que yo creo que debemos todas estudiar, aprender, conocer, entrenarnos, interiorizarnos con lo que significa ser una Miss. Su traducción lo dice: una señorita. Una mujer. Completa. De esas que valen la pena conocer y con las que se disfruta más que de su belleza. ¿Por qué? Por nosotras. Porque primero tenemos que estar conformes con nosotras y después el resto lo estará también. Porque así las que no pueden (y las que no quieren también), se contagien. No hace falta ganar un título o portar una banda o una corona para ser una Miss todos los días.


Les dejo fotos de mi alumna Juli, es un divinor de persona, una gran mujer y tiene un potencial que la va a llevar muy lejos. Tuvo un destacado desempeño en el concurso y con sólo 17 años, tienen permiso para odiarla. Las primeras son de un book y las últimas del Miss Supranational 2013. 

¡¡Hasta la próxima, muñecas!!






viernes, 2 de agosto de 2013

Hola muñecas! Qué lindo cuando lo que te mantiene ocupada son cosas bellas! Mis disculpas por el abandono de estos meses. Intentaré no volver a distraerme para seguir contándoles historias.

Justamente la aventura de hoy se enmarca en un contexto de cotidianeidad: una escuela. La escuela donde yo doy clases. Ésta pertenece a una cadena del mismo diseñador/cantante/escritor (un famoso artista): Roberto Piazza. Allí dicto el curso de modelo profesional y este mes se egresó mi primer grupo de alumnas (el curso dura un año). Mi temario es bastante rico, ya que les enseño desde lo más banal y superficial (pero no menos importante en esta carrera) como la caminata, hasta temas mucho más profundos y que sirven también para verse hermosas (porque mientras más bellas por dentro, más bellas por fuera, no es casual que uno “irradie -desde su interior- belleza”) como buenos modales y protocolo. E, inevitablemente, les doy una intro sobre misses y concursos de belleza. ¡No puedo evitarlo! Es más fuerte que yo. Me parece un lindo complemento porque yo siempre digo: “Si una Miss es una mujer linda por dentro y por fuera, entonces, una debería ser una Miss todo el tiempo”. ¿Y por qué no trasmitirlo?

A eso iba con semejante preámbulo: mis alumnas me preguntan cómo fue que me animé a participar del Miss Mundo Argentina. Y la verdad es que me invitaron por antecedentes. Sisi, así como leen: me propusieron representar a mi provincia (les recuerdo que soy de La Pampa) porque en mis jóvenes 15 años (que después de tanto recorrido parecen súper lejanos) participé y gané el concurso de Reina de los Estudiantes y de la Primavera. En el interior del país, se estila elegir una Reina del Colegio. Yo gané (por descarte, esa es la verdad) en mi escuela y después gané entre las otras Reinas de los colegios de la capital y de los pueblos de la provincia. Luego de la elección provincial, se hace la nacional en Jujuy, donde no gané pero aprendí mucho y (lo más importante) me divertí. Fue entonces que para el 2008, ya viviendo en Buenos Aires, me llamaron un día mientras caminaba con mi mamá (que estaba de visita) y mi tía por el centro y me dijeron:

-        – ¿Qué te parece la idea de representar a La Pampa en el concurso de Miss Argentina para Miss Mundo? –

Sinceramente, ni lo pensé. Dije que sí, de inmediato. No sabía en lo que me estaba metiendo. Nadie lo sabía.

Tuve una entrevista con la directora del certamen y me aprobaron la participación. ¿Por qué hago tanto hincapié en esta parte? Porque la mayoría de las representantes de las provincias participantes del concurso, tienen una elección donde se presentan varias jovencitas y gana la que esté en mejor condiciones para el de nivel nacional. Y en mi provincia no había nadie que se encargara de eso. Por lo tanto, lo tuve bastante fácil.
Empecé a prepararme: reforcé el gimnasio, retomé mis clases de danzas clásicas (para preparar una coreografía para el talento) y recopilé todo lo que pude de información tanto de mi provincia (para representarla de la mejor forma posible) como de mi país. Y, por supuesto, miré todos los concursos de belleza que encontré en internet. Imaginé por días y noches como sería todo: mis compañeras (que también eran mi competencia), el jurado, el hotel, los vestidos…

Finalmente, llegó la semana de concurso. Mis compañeras fueron casualmente eso: compañeras. Nos ayudábamos en todo lo que podíamos, nos prestábamos cosas, nos decíamos cuando alguna tenía lechuga en los dientes o el maquillaje corrido. No había competencia. Los jurados no terminaron siendo esos seres despiadados que uno espera que vean hasta el más mínimo detalle de imperfección y acto seguido te lo escupan en la cara para terminar de destruir tu autoestima. Al contrario, se tomaron el tiempo de conocernos y ver realmente como era cada una. Pero (siempre hay un “pero”) de las elecciones previas que hay en todos los concursos (Cultura General, Talento, Responsabilidad Social y Deporte, entre alguna que otra variante según el certamen) no había ganado ninguna. Después de esta semana bastante desalentadora, la noche anterior a la gala final, que se celebraba un sábado, llamé a mi madre y le dije que me quería ir. Ella me recontra sermoneó y me terminó convenciendo de que si me iba antes de la noche de coronación iba a quedar peor que si me quedaba y perdía honestamente. Sí, estaba convencida de que perdía. Claro que la historia terminó siendo de otra forma y yo gané el título de Miss Mundo Argentina y luego, no sólo participé en Miss World sino en otros tantos concursos de belleza a nivel internacional.

Al contarles esto tanto a mis alumnas como a Uds., no busco más que trasmitir lo importante de la perseverancia. Si no me hubiera quedado (y es aquí donde debo agradecer a mi madre por siempre insistirme y darme fuerzas para todo), me hubiera perdido de tamaña experiencia. De semejantes e inigualables vivencias. Hoy no tendría de qué hablarles. Por eso, “Persevera y triunfarás” no es una frase casual de las que rige mi vida. ¿Y si hacemos el intento de llevar a la práctica las frases que, para nosotros, marcan la diferencia?


Voy a ser egocéntrica y voy a dejar fotos de mi coronación -en orden-: mi primer caminata por pasarela como Miss Mundo Argentina, en mi entrega de corona con mi mamá y mi pradrastrito (como le digo yo) y despidiéndome de la gente en pasarela, esa misma noche.




domingo, 26 de mayo de 2013

Este mes no vamos a hablar de Misses, este mes les voy a contar de la gente que sigue a las Misses y los concursos de belleza.

Cuando las personas que me conocen, luego de un tiempo, se enteran que fui Miss Argentina (por otra persona, por Google o porque entre anécdotas de viajes se les ocurre preguntar el motivo de mis variados destinos), automáticamente, la duda que surge (más cercano a una exclamación que a un interrogante) es:


-¡Ah! (¿) Estuviste en el Miss Universo (?)

Cabe hacer una reflexión en este momento antes de seguir con mi relato: Incontables son las veces que escuché este comentario que me hace suponer (y me arriesgo a afirmar) lo poco que la gente conoce sobre este mundo. Lógicamente, el concurso con mejor prensa es el del reconocido empresario Donald Trump y la televisora norteamericana NBC: Miss Universe. Pero he aquí un dato de color: La final de Miss Mundo es un gran acontecimiento anual de televisión en vivo, visto por dos mil millones de personas en más de 200 países. A diferencia de otros certámenes, Miss Mundo es poco conocido en América; no obstante, mantiene gran popularidad en África y en la mayor parte de Europa, Asia y el Caribe angloparlante. No hace falta que aclare que la población sólo de China alcanza para superar el rating mundial de Miss Universo (por mucho).

Hecho el comentario continúo con mi historia:
Ante tal entusiasmo ajeno, me preparo mentalmente, organizo mis ideas y comienzo mi explicación:


- No, hay muchos y diversos concursos de belleza. Algunos más conocidos que otros, pero ninguno menos importante sino quizás menos populares. Yo estuve en varios concursos a nivel internacional representando a Argentina, y el que más tiempo duró fue el Miss World (un mes) en Sudáfrica. El más conocido, por ahí, es el Miss Universo; pero primero, no es el único, y segundo, los perfiles de las candidatas y las ganadoras, son diferentes de los de Miss Mundo. No son mejores ni peores, son distintos: en uno se busca un prototipo más de “chica bien” y en el otro más la “diosa con actitud”, en uno hay más de 100 concursantes y en el otro hay un aproximado de 50 a 60 participantes. Y esto comparando dos de los más nombrados certámenes de belleza. Siempre cuento que cuando estaba en Ecuador, en el Miss Continente Americano, teníamos un contingente de asiáticos que nos seguían, sea donde fuere, cámara en mano por todos nuestros compromisos diarios. Si no podían entrar al lugar de destino, esperaban afuera el tiempo que tardáramos. Y si bien guardaban distancia (además de la que les ponía la seguridad que nos protegía tiempo completo), apenas nos veían, entraban en un estado de euforia total por sus respectivas favoritas.
(Sí sí, siempre hablo como una erudita cuando se trata de mi pasado de reina).


Con esta y otras experiencias propias pude comprobar los datos que les aporté anteriormente. Los concursos de belleza, son tan conocidos como la gente que los sigue quiere que lo sean. Son populares según en qué país preguntemos. Son más famosos mientras más ganadoras ostenten ese título. Son renombrados cuantos más escándalos recopilen sus organizadores o candidatas. Son recordados para hacer referencia a lo superficial y a las jóvenes lindas y tontas, pero quienes estuvimos en uno (no importa si fue a nivel internacional o a nivel regional), bien sabemos que la experiencia te cambia la manera de verlos (para bien o para mal, pero lo hace).

La gente que sigue a las Misses y los concursos de belleza, son los encargados de hacer que sus elegidas tengan vigencia en el tiempo. En Uds. cae la responsabilidad de que no dejen de hablar de las actuales, las ex y las futuras; y de que si hablan, que hablen bien, hablen la verdad.

Las fotos son, la primera, del backstage de una grabación del Miss Continente Americano 2008 y la segunda, de un paseo en La Plaza de la Proclamación en Colombia, del Concurso Nacional de Belleza (CNB) 2011.

Ahora que sé que no somos sólo mujeres:
Los dejo con este pedido y mis mejores deseos siempre hasta el próximo mes, muñecas y muñecos. ¡Éxitos!





miércoles, 24 de abril de 2013


Este mes quise escribir sobre alguna anécdota divertida pero realmente no puedo pensar en otra cosa que en una gran compañera y amiga de concursos: Karol Castillo Pinillos, Miss Perú para Miss Universo y Miss Mundo 2008.
Karol falleció el pasado 11 de abril, mientras dormía, de un ataque al corazón. A pesar de sus jóvenes 22 años, sufría de problemas cardíacos severos. Condición que jamás le impidió perseguir sus sueños. Ella estaba en Australia por 3 meses, por lo que sus restos tuvieron que ser repatriados, y justamente, hoy 24 de abril y mañana son velados en su país en una misa con cuerpo presente. Un detalle bonito sobre el velatorio es que la convocatoria es pública y el único requisito es vestir de blanco y llevar rosas blancas.
Ella estudiaba psicología (estudios que pensaba retomar cuando volviera a Perú), preparaba misses para varios concursos, tenía su propia marca de sombreros y accesorios, y trabajaba también como modelo a nivel nacional e internacional. En su país, era muy conocida y querida, ya que trabajaba en televisión conduciendo y haciendo entrevistas. Una de sus amigas y colega de trabajo, Maju Mantilla (Miss Mundo 2004, peruana de Trujillo al igual que Karol), mientras conducía su programa, lloró cuando se enteró en vivo de la noticia.
Yo, particularmente, me enteré porque la misma noche del 11 de abril, antes de sucumbir al sueño, recibí un mensaje por Facebook de mi amiga Catalina Giraldo, Miss Colombia 2008 (nos conocimos en el concurso Miss Continente Americano 2008 en Ecuador), diciendo que “estaba en shock”. Yo la imaginé con su acento tan linda hablándome pero me llamó la atención tal declaración, por lo tanto, desde el celular, recostada en mi cama, entré en la aplicación a ver el mensaje completo para descubrir penosamente que me estaba hablando de Karol. De inmediato le contesté, me comentó que había visto un posteo en el muro de Miss Canadá (Samantha Tajik, ya les hablé de ella en otros posteos) y que investigó un poco en la web para luego escribirme. Después de compartir el dolor y consolarnos, me fui a dormir (o al menos, eso intenté).
Creo que lo más triste de toda la noticia fue entrar en razón de que no sólo se trata de una persona con la que compartí uno de los momentos más importantes de mi vida, sino que también es una mujer que alguna vez supo contarme sus secretos, sus anécdotas, contagiarme su alegría y buenas vibras y que me dejó conocerla para saber que yo no era la única en el mundo que quería luchar por cumplir sus sueños. Intercambiamos mutuamente un pedacito de vida que nos encajó perfecto. Es lindo saber que todavía podemos sentir cosas lindas y guardar bellos recuerdos de quienes sólo estuvieron en un instante del largo camino hacia “nuestros imposibles”.
Para las fotos elegí aquellas en las que se la viera tal cual era: alegre, simpática, sin prejuicios, transparente. En la primera estamos las protagonistas de la historia de este posteo, Miss Perú, Miss Colombia y Miss Argentina, en una escuela en Ecuador viendo un baile típico representado por alumnos en su patio. En las siguientes está Karol mostrando su ángel.
Que descanses en paz bella Karol.

¡Hasta un próximo mes con más ánimo, muñecas! ¡Éxitos!




sábado, 30 de marzo de 2013


Otra vez retrasada en mi posteo, debo pedirles disculpas, y justificarme diciendo que la vida te lleva más tiempo del que podemos programar.

Inevitablemente, en todas mis anécdotas, sobre mi experiencia en concursos de belleza, tengo que involucrar a alguna compañera. En el posteo de este mes es una mujer excepcionalmente bella, tanto por su cálida personalidad como por su exterior que ilumina cada lugar en el que esté. Ella es la representante del país que acumula más títulos que cualquier otro: Venezuela. Entre sus coronas tienen 6 ganadoras de Miss Universo, 6 de Miss Mundo, 6 de Miss Internacional, 6 de Reina Hispanoamericana, 5 del Miss Intercontinental, 1 de Miss Tierra, entre otras (sí, existen muchos concursos de belleza!). Su nombre es Ligia Elena Hernandez (sin acento en la “a”, ya le pregunté). En el año 2008, participó del Miss Venezuela, en el que quedó séptima de entre 28 concursantes y fue elegida para representar a su país en el Reina Hispanoamericana 2008. Es aquí donde yo la conozco. También fue coronada Miss Tropicbeauty 2012 (¿Les dije que existen muchos concursos de belleza?).
Les cuento que en Venezuela, país apodado por muchos como “la fábrica de Misses” (claramente: Miss no sólo se nace, también se hace), el certamen dura muchísimo tiempo (1 año) y la competencia es durísima. Desde que empieza la carrera hacia la corona, las chicas se consiguen auspiciantes de TODO: vestimenta, peluquería, odontología, estética corporal… (Y se quedan con todo aunque no ganen, total, ¿Les van a pedir que devuelvan las cirugías?). Si tuviéramos la oportunidad de estar allí y preguntarle a cualquier niña pequeña: - ¿Qué quieres ser cuando seas mayor? -. Su respuesta sería: - Miss Venezuela.
Para su cultura, ser una señorita que represente el país, es un sueño. Son mujeres que ganan prestigio dentro de la sociedad y que son reconocidas por todos. La Organización Miss Venezuela realiza el concurso desde 1952, y es dirigida por un gurú mundial de la belleza: Osmel Sousa. Bajo su mando se han preparado cientos de aspirantes a coronas internacionales, que finalmente han tenido los mejores desempeños.
Con Ligia congeniamos perfectamente desde el principio y, francamente, ¿Cómo no hacerlo? Es una mujer interesante y con un nivel de inocencia que fascina (no por ingenua sino porque tiene una forma hermosa de ver las cosas: siempre positiva). Estaba todo el tiempo alegre (juro que no fingía, creo haberla visto sonreír mientras dormía), era una de las mejor preparadas (ya mencionamos su entrenamiento con “papá Osmel” como ella lo llama) y su buena predisposición generaba perfectos momentos de conversación donde pasaban cosas como la que les voy a relatar ahora.
Situación: almuerzo protocolar, luego de la evaluación cultural con los jurados. Sentadas en la mesa estaban todas las concursantes pero en una punta estábamos Miss “Puelto Lico”, Miss Colombia, Miss El Salvador, Miss Panamá, Miss Venezuela claro, y yo (pido disculpas adelantadas a las Misses que lo puedan leer por si me confundí la presencia de alguna, pero estoy casi segura de que éramos esas las que estábamos en una misma conversación).
Tema: cirugías plásticas.
Una de las chicas (repito, no estoy segura quien… y admito, estos síntomas alzheímicos me hacen sentir muy vieja) dice:

-      Pero tú Agustina tienes grandes senos, ¡Pensé que eran operados!

Yo, con mi mejor y más notoria cara de orgullo que también decía “industria argentina, carne de exportación”, dije:

-      No, no tengo nada operado. Ya quisiera poder arreglarme alguna cosita, nomás por gusto. (Risas) Ustedes, ¿Qué tienen operado? Porque, sinceramente, sólo me doy cuenta de las lolas de algunas.

(Aclaración: tenía 17 años, sepan entender mi despreocupación por lo “fácil” que es mantener la figura).

A lo que Miss Puerto Rico (quien debo agregar: era una muñequita de porcelana) dijo:

-      Yo tengo sólo eso.

Se le suman el resto comentando, hasta que Ligia hace su entrada triunfal a la charla:

-      Yo tengo lo base.

Yo, que no pude contener mi humor argento, reí y le dije:

-      Pero Ligia, ¿Qué sos? ¿Un auto? ¿La versión full tuya viene con levanta vidrios y aire acondicionado? A ver, explicame que es eso de “lo base”.

-      Lo base, en mi caso, es: nariz, pómulos, busto, cintura y caderas.

No se me ocurrían muchas otras cirugías que una chica tan jovencita se pudiera hacer. Quedé en un estado de catatonia momentáneo (creo que bastante notorio) hasta que logré decir:

-      ¡Ah, pero no se te nota ninguna! ¡Qué yegua!

Todas reímos y pasamos a otro tópico.

Más allá de lo gracioso de la situación, me quedo con el gran aprendizaje que fue darme cuenta de que lo que para mí puede ser nada, para otros puede ser un mundo. Para mi hermosa amiga Ligia, las cirugías plásticas son trámites de banco, son básicas; para mí, son más como asaltar el banco y ser una fugitiva de la justicia, son cruciales. Pero algo tan trivial como la belleza estética, en nuestros países cobra una relevancia diferente porque, si bien en ambos es importante, lo naturalizamos de manera distinta. Quizás actualmente estemos más parejos (¡Gracias globalización!) pero no dejan de ser cuestiones tratadas con más o menos tabú según dónde se discuta.
Actualmente, Ligia vive en Venezuela, se recibió en la Universidad Nacional Experimental Rómulo Gallegos (UNERG) en San Fernando de Apure y este posteo va dedicado a ella, por su cumpleaños que es el 5 de abril. Las fotos, en orden, son: foto oficial del Reina Hispanoamericana 2008, foto de la producción de mayo de 2012 para la revista Planeta Urbe (justo antes de ir a Barcelona, expandiendo su carrera como modelo) y foto casual con “papá Osmel” en enero del corriente año.




lunes, 25 de febrero de 2013


Hoy quiero hablarles sobre una verdadera amiga que conocí gracias a mi experiencia en concursos de belleza y que logré mantener a través del tiempo y a pesar de la distancia: Cynthia Oliveira.

Oriunda de Goiás, que es un estado brasileño situado al este de la región Centro-Oeste, participó del Miss Brasil en 2008. En Brasil, el certamen nacional se hace desde 1954 y la ganadora compite en Miss Universo, la primera finalista en Miss Internacional y la segunda finalista en Miss Continente Americano. Es en esta competencia que nos conocimos, en Ecuador. Cynthia tenía 25 años y yo 17, sin embargo, congeniamos de primera. Es de las personas con las que da gusto quedarse horas hablando, a pesar de que ambas habláramos diferentes idiomas (ella me conversaba en portugués, muy despacito, y yo en español, muy despacito… Y cuando alguna palabra no nos sonaba parecida ni por contexto, siempre nos salvaba el inglés… O hacernos dibujos… O los entretenidos “dígalo con mímica”…).

De todas las compañeras que tuve aprendí algo que me ayudó a crecer como persona, como mujer. La brasilera siempre estaba feliz, era súper simpática y le ponía buena cara a cualquier situación. No es tan fácil ser siempre de esa forma, sobre todo cuando estás en una competencia, con presiones, con responsabilidades, con problemas que te persiguen desde tu país y con una vida que, pasada toda la fantástica ilusión de princesas, tiene que volver a tener un rumbo del cual nadie está seguro. Pero ella me enseñó, con su forma de ser tan tierna, tan considerada, tan libre y transparente, que cuando disfrutamos de todo en el justo momento en que nos está pasando, lo disfrutamos mejor. Ella no se olvidaba que estaba en un concurso y que debía estar concentrada en eso, y aún así,  se divertía, se lucía con su mejor atributo (su sonrisa) y se mostraba tal cual es: sensible y humana.

Las buenas vibras se contagian y es sabido que cuando la alegría es parte de nuestra vida, felicidad es lo que se obtiene de todo lo que uno se propone. Cynthia es el claro ejemplo: ese mismo año, conoció a quién en el año 2010 se convirtió en su marido y dos años después, en el padre de su hijo. Actualmente, viven los 3 en la capital de Goiás, Goiânia y, aunque estudió Administración, ahora se dedica a cuidar a su bebé.

Les cuento que, como seguimos hablando luego del concurso (facebook de por medio), para cuando me invitó a su casamiento la alegría fue enorme porque me trasladó inmediatamente a todas las pláticas que habíamos tenido sobre su novio y sobre la vida en general. Recordarla siempre me hace pensar en lo lindo de haberla conocido.

Como ya es costumbre, les dejo fotos. En la primera Cynthia como Miss Goiás, luego en la dulce espera con su marido Marcelo y la última con su hermoso hijo João Vicente. Nuevamente estamos ante la presencia de aquellas mujeres a las que el tiempo parece no pasarles factura. Increíblemente bella, la maternidad le sienta bien.

Nos leemos el próximo mes muñecas, éxitos!




jueves, 24 de enero de 2013


Me pareció oportuno seguir con este nuevo posteo hablando de otra gran señorita compañera de concursos: Miss Universe Canada 2008 y Miss Canadá Continente Americano 2008.

Su nombre es Samantha Tajik, tiene raíces iraníes (lo verán en las fotos), es nacida en Canadá y es PRE CIO SA (por dentro, primero, y por fuera). De ella aprendí dos tips muy importantes para los concursos: “Los tacos son extensiones de tus pies, nunca te los saques aunque te digan que lo hagas.” Y “Todo es una prueba. TODO.” Ella venía de participar en el Miss Universe en Vietnam, por lo tanto, contaba con una experiencia previa muy rica. Solíamos mantener charlas súper interesantes y, personalmente, increíblemente reveladoras, ya que ese era mi primer competencia de belleza internacional. Nos conocimos en Ecuador, en el concurso Miss Continente Americano. Mi compañera de cuarto era Miss Paraguay (de quien, en un próximo posteo, les hablaré) y Sam era la única que hablaba en otro idioma diferente del castellano (que todas las concursantes manejábamos), así que la mayoría de las veces yo auspiciaba de traductora frente a las directivas de los organizadores del concurso.

Nuestro primer encuentro fue bastante gracioso por que las dos llegamos el mismo día. Cada concursante llega en el transcurso de los primeros tres días de competencia, ya que, dependiendo de la procedencia, algunas tienen más escalas y tardan un poco más en llegar al destino final. El certamen estaba realmente organizado: el primer día de llegada de cada representante se asignaban las habitaciones para que todas se acomoden con sus respectivas compañeras, se grababa un video de presentación para que la gente vote desde la página de internet oficial y se probaban los vestidos del número de apertura de la noche de coronación. Es en éste último momento en que yo conozco a Sam. Estábamos sentadas una al lado de la otra esperando que nos terminen de arreglar dicho vestuario y suena un ringtone de celular. Yo, convencida de que era el mío, saco mi teléfono y, con sorpresa, veo que no había recibido nada. Es ahí que, con mayor sorpresa, veo que ella expone el mismo celular que yo: un LG PRADA. Fue uno de los primero celulares táctiles que llegaron a la Argentina y, por supuesto, “caprichito” (yo), ahorré y me lo compré.
Estamos hablando del año 2008.
Cuando logro salir de mi mente, enebro unas palabras y surge de mi boca una muy bien redactada frase en inglés medio entre risas:

- Tenemos el mismo teléfono móvil… Pensé que era el mío, porque además tenemos el mismo ringtone. –

Les cuento que el modelo era tan “moderno” que sólo tenía 4 sonidos predeterminados para los mensajes de texto. ¡OJO! Para las llamadas podías poner el tema de música que quisieras, el resto lo elegías del menú de opciones preestablecido cortesía de LG.
A lo que ella me contesta:

-¿Tienes el LG PRADA? Que gracioso. Yo ya lo quiero cambiar. Debería conseguir uno más nuevo. –

Yo lo tenía hace 6 meses. Era NUEVO en Argentina. NUEVO.

-      ¿Cambiar? ¿Por qué? En mi país es casi nuevo. –
-      ¡Veo, lo tienes casi sin uso! ¿De verdad? En Canadá ya tiene 2 años. –

Mi cara de “Hola, sí, pertenezco a un país del tercer mundo, encantada.” era irreproducible. No tuve más remedio que decirle que para mí era nuevo y que era tecnología nunca antes vista. No estaba preparada para una respuesta tan positiva:

-      ¡No te preocupes! A nosotros tampoco nos llegan las cosas primero. –

Con esa simpleza, me compró.
¿Cómo dejar de escuchar a una chica con tanta experiencia y, encima, tan sencilla? Nos hicimos íntimas en cuestión de minutos. Me pasó por bluetooth canciones para las llamadas, temas para el celular, aplicaciones, etc. Me transmitió lo mejor de su aprendizaje, me contó todo lo que quizo y pudo de su experiencia. Y yo lo absorbí cual esponja. Cuando me dijo el primer tip que les conté fue para un ensayo en el que nos pidieron llevar zapatillas o calzado cómodo, y ella dijo: “Si te preguntan, por más que te estés muriendo del dolor, tu calzado cómodo son los tacos altos.” Y el segundo tip fue cuando, en las mesas desde el desayuno hasta la cena, había lo que quisieras para comer y me dijo: “No comas todo lo que quieras, comé lo que puedas. Mantené tu figura.”

Sam, hoy en día, es una reconocida celebridad en su país y en el resto del mundo. Se dedica a la medicina pero sigue (cuando puede) haciendo uso de su título de belleza y participa de reconocidos programas de televisión, realitys y es jurado del Miss Universe Canada.

Les dejo una foto de su momento como Miss Universe Canada 2008 y otra actual de una sesión de fotos con el reconocido fotógrafo Trevor Godinho. Está iguaaaaaaal!!!!!!! Es una verdadera reina. Imagínense que ella tenía varios años más que yo… Y yo tenía 17 cuando la conocí. Saquen cuentas muñecas. Hasta el próximo mes. Éxitos!