viernes, 14 de diciembre de 2012


Ya que en mi último relato les comenté sobre una Miss Colombia con la que compartí habitación durante uno de los certámenes en los que participé, me pareció divertido que supieran un poco más sobre ella y nuestra experiencia juntas.
El concurso que nos convocó fue el Miss World 2008, realizado en Sudáfrica. Su duración, normalmente, es de un mes. Durante el cual, se nos está evaluando constantemente a través de todas las actividades, que ya mencioné en otro posteo, nos agendan. Ese año fuimos 109 participantes las que asistimos en representación de nuestros países. Podrán imaginar que tienen que dividirnos en grupos para trasladarnos de forma segura (porque viajamos en calidad de embajadoras de belleza) y puntual (tenemos un horario muy estrecho y cuidadosamente programado). Estos grupos son de 25 chicas aproximadamente y no hay otro criterio más que el alfabético para su categorización, es por eso que mis más cercanas compañías fueron las misses de Albania, Angola, Australia, Botsuana, Canadá, China, China Taipei (Taiwán), Chipre y, por supuesto, Colombia, entre otras (teníamos un problema con el idioma que fácilmente resolvimos con el uso universal del inglés).
En nuestro caso, durante los primeros 15 días nos llevaron de safari (si, así como lo leen, SA FA RI, 109 niñas bonitas en tacos que se fueron a pasear por la sabana africana). Nos llevaron a conocer Durban, Ciudad del Cabo, Mpumalanga, barrios con historia como Soweto y Pretoria, en Gauteng y, los otros 15 días, Johannesburgo donde estuvimos ensayando la coreografía de la noche de elección (¡requería tiempo coordinar con otras 108 chicas!).
Durante los viajes y dentro de la reserva ecológica en la que hicimos turismo salvaje, compartíamos habitación en grupos de entre un mínimo de dos y un máximo de cuatro concursantes, donde se nos acomodaba según mismo idioma dentro del mismo grupo de 25 (siempre y cuando se pudiera, sino por cercanía geográfica). Y, en el hotel en Johannesburgo, éramos sólo dos misses por habitación. Mi compañera era la bellísima Miss Mundo Colombia 2008: Katherine Medina.
Kate estaba súper comprometida con el concurso y mantenía muy bien la línea, ya que podíamos comer lo que quisiéramos hasta el hartazgo (y yo no era la excepción). La colombiana tenía una serie de rituales de belleza, algunos que yo desconocía, como los ejercicios antes de dormir utilizando solo una cama (flexión de brazos), una silla (abdominales) y el suelo alfombrado (sentadillas) y otros que compartíamos, como colocarnos las cortinas de pelo y, cual chimpancés quitándose los piojos, nos peinábamos y colocábamos los ruleros mutuamente.
Recuerdo que mi roomie (compañerita de cuarto en inglés) no hablaba absolutamente nada de inglés (sólo había aprendido a decir: “Hello! My name is Katherine. I am Miss Colombia. Bye!”), y un día, decidió romper su meticulosa dieta y pedir helado a la habitación (estaba en uno de esos días difíciles de mujeres en que necesitamos desesperadamente una buena dosis de azúcar). Tomó el teléfono e hizo el intento de que en recepción alguien le hablara en español, como no lo consiguió, procuró hablar en un spanglish igual de inentendible que el inglés de los sudafricanos que lleva el acento marcado de sus lenguas nativas (zulu, afrikaans, etc.). Yo (que hablo bien fluido inglés y ella lo sabía) estaba con ella durante esta situación, pero como no me pidió mi intervención, no me metí. Cuelga el teléfono y muy convencida de que le habían entendido, me pidió que atendiera la puerta cuando trajeran el helado, mientras ella se duchaba. Efectivamente, cuando llegan con el pedido no podía parar de reírme porque habían traído papel higiénico y unas toallas limpias. Quizás entendieron que se iba a duchar, pero definitivamente no entendieron que quería helado. Por ende, le pedí a la chica que dejara esas cosas (total en algún momento las usaríamos) y que trajera helado para ambas. Fueron tan eficientes, que para cuando salía Katherine del baño, estaba llegando el helado para las dos.
Por supuesto, ninguna de las dos (ni mi amiga ni la empleada del hotel) se enteraron del malentendido y todas quedamos contentas: la sudafricana porque nadie se quejó y nosotras porque nos dimos un gusto sin culpas.
Hoy en día, seguimos en contacto y les cuento que está felizmente casada con un muchacho que se llama Sergio y tienen un hijito hermoso llamado Matthieu. Viven en Colombia y las fotos que les dejo son una de ella en el año 2008 concursando en Miss Mundo y una actual con su familia.



jueves, 22 de noviembre de 2012


Durante este tiempo, estuve haciendo un taller de escritura y literatura y, perfeccionando un poco mi forma de escribir. Me estuve descubriendo como escritora y es por eso, que me he tardado tanto en volver a escribir en el Blog.

Para empezar les voy a describir lo tumultuoso de participar en un concurso de belleza. No todo es tan perfecto y simple como se ve en las fotos, ¿Saben lo difícil y el tiempo que lleva verse como una Miss? Yo participé de varios certámenes a nivel internacional y les aseguro que no dormimos más de 5hs diarias para poder cumplir de punta en blanco con todos los compromisos que tenemos programados durante la competencia. Antes de dormir, solemos tomar un baño y arreglarnos el pelo (dormimos con ruleros, sexy, ¿no?) que, si tenemos en cuenta que el estereotipo de una Miss es con pelo largo natural, algunas necesitamos ayuda de unas cortinas de pelo extra que también se peinan y se colocan antes de ir a descansar, nos  hallamos haciendo rulos hasta las 2 de la madrugada. Generalmente, nos liberaban después de la cena  que suelen terminar a la medianoche. ¿Por qué digo generalmente? Porque, a veces, después de la cena teníamos ensayo del evento de la noche de coronación. (No es nada improvisado lo que se ve por televisión). Siguiendo con  la rutina de belleza previa al tan anhelado sueño, nos colocamos cremas y nos arreglamos las uñas (manos y pies) que, increíblemente, se arruinan en el día a día y una Miss no puede dejar ningún detalle de lado.

Nuestros días comenzaban siempre muy temprano, a las 8 de la mañana estábamos citadas a desayunar (sé de algunas que no desayunaban para poder dormir más tiempo y no tener ojeras) y, por lo general, nos íbamos a las diferentes reuniones, visitas, excursiones entre las 9 y las 10 de la mañana. Nos llevaban a recorrer el país donde se realizaba el certamen y nos presentaban con diferentes autoridades así que había que estar lista para todo. Tacos y maquillaje impecable todo terreno. Nos trasladábamos en colectivos ploteados con llamativas calcomanías que no dejaban dudas de que en ese lugar estábamos las mujeres más lindas (yo diría “preparadas”) de los diferentes países participantes.

Recuerdo que en uno de mis viajes me asignaron a Miss Colombia como compañera de cuarto. Ella hacía ejercicios antes de dormir para no perder la forma, mientras yo me robaba caramelos y chocolates de la mesa de postres para matar la ansiedad. También me robé una palabra muy bonita que dicen mucho en su país: muñeca. El intercambio cultural es increíble y, muy por el contrario de lo que piensan muchos, la competencia no nos hace romper tacos y estropear vestidos. La competencia, al instante en que uno se encuentra con otras mujeres en su misma situación, desaparece y se transforma en compañerismo. En el momento en el que nos conocemos todas, sabemos quién merece la corona y es por eso que elegimos pasar un buen momento, recopilando buenas anécdotas y sumando amigas.

En la próxima entrada les voy a contar más sobre un mundo de princesas y sobre un mundo que está muy ligado a éste: el de la moda. Ya que aproveché la simpatía de la gente para con mi belleza externa y, les recuerdo: trabajo como modelo profesional esporádicamente.

Espero seguir entreteniéndolas muñecas. Éxitos.





miércoles, 1 de agosto de 2012

Me presento...

Como es la primera entrada del blog, me pareció apropiado hacer una breve reseña sobre mí: Mi nombre es Agustina Quinteros, tengo 21 años y en el año 2008 fui Miss Mundo Argentina. Participé de varios concursos de belleza a nivel nacional e internacional. Actualmente, soy modelo y estudio Licenciatura en Ciencias de la Comunicación. Escribo un artículo, con el mismo nombre de este blog, para la Revista Frontera de Corrientes. También doy clases de Pasarela & Dominio Escénico en la Escuela de Misses y Modelos N Entertainment, empresa responsable de elegir cada año a la representante argentina para la mayoría de los certámenes de belleza del mundo.
Soy de la provincia de La Pampa y vivo en Buenos Aires desde el 2007. Al año siguiente, comencé con mis primeros pasos en la moda y mi carrera profesional ya lleva 4 años de experiencia. Lo suficiente como para contarles cómo se mueven las cosas en los backstage de los desfiles, los castings para los comerciales y el scouting de las distintas agencias del país. 
Además de hablar de moda, los voy a estar actualizando de forma semanal sobre lo que pasa en la vida de las misses de todo el mundo.
Espero que me acompañen en este viaje plagado de aventuras!!