jueves, 24 de enero de 2013


Me pareció oportuno seguir con este nuevo posteo hablando de otra gran señorita compañera de concursos: Miss Universe Canada 2008 y Miss Canadá Continente Americano 2008.

Su nombre es Samantha Tajik, tiene raíces iraníes (lo verán en las fotos), es nacida en Canadá y es PRE CIO SA (por dentro, primero, y por fuera). De ella aprendí dos tips muy importantes para los concursos: “Los tacos son extensiones de tus pies, nunca te los saques aunque te digan que lo hagas.” Y “Todo es una prueba. TODO.” Ella venía de participar en el Miss Universe en Vietnam, por lo tanto, contaba con una experiencia previa muy rica. Solíamos mantener charlas súper interesantes y, personalmente, increíblemente reveladoras, ya que ese era mi primer competencia de belleza internacional. Nos conocimos en Ecuador, en el concurso Miss Continente Americano. Mi compañera de cuarto era Miss Paraguay (de quien, en un próximo posteo, les hablaré) y Sam era la única que hablaba en otro idioma diferente del castellano (que todas las concursantes manejábamos), así que la mayoría de las veces yo auspiciaba de traductora frente a las directivas de los organizadores del concurso.

Nuestro primer encuentro fue bastante gracioso por que las dos llegamos el mismo día. Cada concursante llega en el transcurso de los primeros tres días de competencia, ya que, dependiendo de la procedencia, algunas tienen más escalas y tardan un poco más en llegar al destino final. El certamen estaba realmente organizado: el primer día de llegada de cada representante se asignaban las habitaciones para que todas se acomoden con sus respectivas compañeras, se grababa un video de presentación para que la gente vote desde la página de internet oficial y se probaban los vestidos del número de apertura de la noche de coronación. Es en éste último momento en que yo conozco a Sam. Estábamos sentadas una al lado de la otra esperando que nos terminen de arreglar dicho vestuario y suena un ringtone de celular. Yo, convencida de que era el mío, saco mi teléfono y, con sorpresa, veo que no había recibido nada. Es ahí que, con mayor sorpresa, veo que ella expone el mismo celular que yo: un LG PRADA. Fue uno de los primero celulares táctiles que llegaron a la Argentina y, por supuesto, “caprichito” (yo), ahorré y me lo compré.
Estamos hablando del año 2008.
Cuando logro salir de mi mente, enebro unas palabras y surge de mi boca una muy bien redactada frase en inglés medio entre risas:

- Tenemos el mismo teléfono móvil… Pensé que era el mío, porque además tenemos el mismo ringtone. –

Les cuento que el modelo era tan “moderno” que sólo tenía 4 sonidos predeterminados para los mensajes de texto. ¡OJO! Para las llamadas podías poner el tema de música que quisieras, el resto lo elegías del menú de opciones preestablecido cortesía de LG.
A lo que ella me contesta:

-¿Tienes el LG PRADA? Que gracioso. Yo ya lo quiero cambiar. Debería conseguir uno más nuevo. –

Yo lo tenía hace 6 meses. Era NUEVO en Argentina. NUEVO.

-      ¿Cambiar? ¿Por qué? En mi país es casi nuevo. –
-      ¡Veo, lo tienes casi sin uso! ¿De verdad? En Canadá ya tiene 2 años. –

Mi cara de “Hola, sí, pertenezco a un país del tercer mundo, encantada.” era irreproducible. No tuve más remedio que decirle que para mí era nuevo y que era tecnología nunca antes vista. No estaba preparada para una respuesta tan positiva:

-      ¡No te preocupes! A nosotros tampoco nos llegan las cosas primero. –

Con esa simpleza, me compró.
¿Cómo dejar de escuchar a una chica con tanta experiencia y, encima, tan sencilla? Nos hicimos íntimas en cuestión de minutos. Me pasó por bluetooth canciones para las llamadas, temas para el celular, aplicaciones, etc. Me transmitió lo mejor de su aprendizaje, me contó todo lo que quizo y pudo de su experiencia. Y yo lo absorbí cual esponja. Cuando me dijo el primer tip que les conté fue para un ensayo en el que nos pidieron llevar zapatillas o calzado cómodo, y ella dijo: “Si te preguntan, por más que te estés muriendo del dolor, tu calzado cómodo son los tacos altos.” Y el segundo tip fue cuando, en las mesas desde el desayuno hasta la cena, había lo que quisieras para comer y me dijo: “No comas todo lo que quieras, comé lo que puedas. Mantené tu figura.”

Sam, hoy en día, es una reconocida celebridad en su país y en el resto del mundo. Se dedica a la medicina pero sigue (cuando puede) haciendo uso de su título de belleza y participa de reconocidos programas de televisión, realitys y es jurado del Miss Universe Canada.

Les dejo una foto de su momento como Miss Universe Canada 2008 y otra actual de una sesión de fotos con el reconocido fotógrafo Trevor Godinho. Está iguaaaaaaal!!!!!!! Es una verdadera reina. Imagínense que ella tenía varios años más que yo… Y yo tenía 17 cuando la conocí. Saquen cuentas muñecas. Hasta el próximo mes. Éxitos!